LOS REGALOS DE
LOS NIÑOS
¡Ojo! Y con los regalos de los niños no me refiero a todos los
que van a recibir nuestros niños en estas fechas, sino a los regalos que nos
hacen los niños a nosotros cada día.
El otro día estaba haciendo juegos de roles con mis hijos e
intercambiamos los papeles: yo hacía de hija y mi hijo Martín, de tres años
recién cumplidos, hacía de papá.
Se me ocurrió ver qué podía pasar si interpretaba una situación
que nos había ocurrido unos días atrás: niño con fiebre – dar jarabe – pataleta
– papás perdiendo los nervios (como veis niños y papás humanos al 100%).
Así que comenzamos a interpretar los papeles: yo malita,
empachosa, protestando… y él intentando darme un jarabe.
Aumente mi protesta y mi rechazo a tomar el jarabe (girando la cabeza,
pataleando, dando manotazos, gritando, etc). Os aseguro que lo llevé al límite.
¿Sabéis cuál fue su reacción? NO PERDIÓ LO PAPELES EN NINGÚN
MOMENTO. Y doy fe de que Martín es un niño con genio, poco conformista,
impaciente y peleón (en el mejor de los sentidos). Inventó todas las formas que
fue capaz: me dio besos, intentó premiarme con una chocolatina, me ofreció un
microcuento de marionetas, me acarició la cara, me cantó una canción, me
tranquilizó hablándome muy bajito y entonando casi de forma melódica…
¡Toma ya! Esperaba que en cualquier momento perdiera las formas,
gritara o me dijera eso de ¡muy mal! Y obtuve todo lo contrario. Martín 1 –
Mamá 0.
¡Bravo por la enseñanza del día! Gracias pequeño.
Así que, os invito, en estos días en los que la mayoría de
nosotros paramos un poco nuestras vidas, a estar con los niños, a aprender de
ellos y a escucharles.
Os
aseguro que, si mantenemos las antenas dispuestas a aprender y atendemos a los
pequeños detalles que nos da la vida, nuestros hijos nos van a regalar mucho
más de lo que nosotros les podremos regalar nunca.
Aprovechamos
para desearos a todos una muy FELIZ NAVIDAD, llena de regalos de los que no se
ven.