¿QUÉ ES UN
HIJO?
Un
hijo es aquel que te saca de tus casillas, te lleva al límite y después te da
un abrazo y te dice “te quiero mamá”, enseñándote todo lo que en la vida debes
saber sobre resolución de conflictos.
Un
hijo es esa minúscula criatura que tras haber recibido una gran regañina, se
asoma a la puerta con una enorme sonrisa y te dice “mamá, ¿jugamos?”,
enseñándote que el rencor sólo vive en las mentes adultas.
Un
hijo es aquel que hace que unas décimas de fiebre sean un puño que te encoge el
corazón, enseñándote que la vida es más frágil de lo que piensas.
Un
hijo es aquel que de un trozo de papel de envolver hace una fiesta, enseñándote
que la ilusión, la pasión y el entusiasmo también están en las cosas pequeñas,
sólo hay que descubrirlo.
Un
hijo es aquel que pide, pide, pide y pide, enseñándote que la constancia es
parte del éxito.
Un
hijo es aquel que hace que las cosas asquerosas que hacen otros, como comerse
los mocos, se conviertan en adorables, enseñándote que, en la vida, todo es
cuestión de percepciones.
Un
hijo es aquel que, tras recibir 200 órdenes al día, seguir nuestro ritmo y
aceptar nuestras rutinas, todavía tiene ganas de desobedecer, enseñándote que
la rebeldía y las ganas de luchar muchas veces son las que han cambiado el
mundo.
Un
hijo es aquel que hace que duermas poco, comas a deshoras y dejes de tener vida
propia y, aun así, te parezca genial porque sabes que tendrás un beso de buenas
noches que vale millones, enseñándote que es fácil cambiar el orden de
prioridades si merece la pena.
Un
hijo es aquel que deseándole rubio y naciendo moreno, deseándole alto y
naciendo bajo, le quieres sin condiciones por cómo te mira y te admira, por
cómo te busca cuando se siente inseguro, por cómo agarra tu dedo para comenzar
a caminar, enseñándote que las expectativas no son realidades y, a veces ni se
parecen.
Un
hijo es aquel que no sólo te hace mejor persona, sino que te hace más
inteligente, fuerte y poderoso, si sabes verlo así.
Porque
con ellos aprendes que no hay obstáculo que no se pueda levantar, saltar o
bordear.
Porque
con ellos aprendes que detrás de un día malo siempre puede haber uno mejor si
te pones en sus ojos y empiezas de cero.
UN
HIJO ES AQUEL QUE TE HACE CREER QUE LE HAS DADO LA VIDA, CUANDO, EN REALIDAD, SABES
QUE TE LA HA DADO ÉL A TI.
ESCUCHA
A TUS HIJOS, TIENEN GRANDES LECCIONES PARA TI.