MAMÁ, ¿QUIÉN
DECIDE SI VALES?
Mañana
de domingo. Nicolás, ocho años, lleva dos horas seguidas dibujando.
No
quería romper la concentración pero me puede la curiosidad porque no suele
dibujar.
-
Cariño,
¿en qué andas trabajando tan concentrado?
-
Estoy
haciendo un cuaderno de personajes. Ya sabes que no se me da bien dibujar pero
lo que importa es lo que quiero decir con ellos, el concepto y lo que
representa cada uno.
Me
hace gracia que en unos pocos meses ha empezado a utilizar vocabulario muy
adulto y dice cosas como personalidad, emocional o esencia (de dónde lo habrá
sacado, ejem).
El
caso es que su autoconcepto artístico es más bien bajo. Él es consciente de que
su ejecución en dibujo no se corresponde con el estilo realista que, por otra parte, es lo que él considera “dibujar
bien”. Tampoco ha ayudado que en alguna ocasión sus compañeros se hayan reído
de sus dibujos.
Así
que, le busco imágenes de cuadros de Miró y le digo:
-
¿Qué
te parece?
-
¡Chulísimos!
-
Pues,
son cuadros de Miró, uno de los pintores más importantes del siglo XX. Están en
varios museos. ¿Ves que no hacía dibujos reales? No es necesario para ser un
buen pintor.
Y
Nicolás me mira y me dice:
-
Entonces,
¿quién decide si vales?
¡Qué
gran pregunta! Le miro con más admiración que otra cosa y le digo:
-
Recuerda
esto siempre: el primero que ha de decidir si vales eres tú. Y, a partir de
ahí, estar preparado para que haya quién te sepa mirar y quién no. Eso no
importa mucho. Lo único que tienes que ser es especial y diferente. Y creerlo
así.
Poco
más tengo que decirle. Cree en ti y se constante. Lo demás, llegará.
*Me he permitido
hacer un collage con imágenes de los dibujos de Nicolás y de Miró (por si a
alguien se le despista quién era)