ES QUE LA VIDA
NO ES FÁCIL
Los
que me seguís ya sabéis que tengo tres niños y un trabajo que me empuja a
querer un mundo mejor. Así de ambicioso es el proyecto.
Y,
los que me conocéis, sabéis que soy partidaria de la educación desde el
respeto, de escuchar a los niños, de acompañarles, de tratarles como las
personas que ya son.
Me
gusta hablar de y sobre educación, leer a Marina, a Bona, a Carlos González, a
Mora, seguir a Luis Anes, a Mar Romera, a Óscar González y a Jorge Ruiz entre
otros. Participo activamente como miembro de la junta directiva de Aecofame (Asociación
Española de Coaching Familiar y Educativo).
Me
he rodeado de amigos con las mismas inquietudes y ¿sabéis lo que ocurre cuando
salgo de ese círculo?
Que
me encuentro con el miedo. Con ese miedo que hace decir: “sí, sí, todo muy
bonito pero es que luego la vida no es así”.
¿Perdón?
La vida es como tú quieres que sea. Eso no quiere decir que sea fácil.
Quiero
poder ver el cambio que necesita la educación, los colegios y las familias. Y
quiero colaborar y que mis hijos lo disfruten.
No
me vale eso de que los niños luego salen a la vida y encontrarán un jefe tirano
y un millón de piedras en el camino.
Atento
a esto: TU hijo, mañana, será el jefe.
No
alimentes el círculo.
Queremos
que cambie el mundo pero educamos a nuestros hijos y alumnos para lidiar en el
mundo establecido que nos horroriza. ¿No es de locos?
Eduquemos
a nuestros hijos, a nuestros alumnos para que cambien el mundo, para que sean
críticos, para que no se conformen, para que sepan que, el que está enfrente,
también es una persona. En definitiva, para que no se conviertan en jefes
tiranos o padres frustrados.
Enseñémosles
a tropezar, a caer y a levantarse. Inculquemos respeto, responsabilidad y empatía.
“Es
que la vida no es fácil”. Ya.
¿Y
quién la quiere fácil? Yo no. Yo la quiero llena de matices que me inviten a
seguir aprendiendo, a meter la pata y a
sacarla. Pero no desde el miedo.
Rompamos
el círculo.