viernes, 5 de junio de 2015

LA MAESTRA DE MI HIJO


 

LA MAESTRA DE MI HIJO


La maestra de mi hijo puede no tener una vida fácil. La maestra de mi hijo tiene una familia que sufre, ríe y llora y vive en un país con crisis. Pero la maestra de mi hijo les recibe todos los días en la fila, haga frío o calor, con una gran sonrisa. Y les sube a clase, y cierra la puerta y se convierte en magia 100%. Todo lo demás queda al otro lado de la puerta.

La maestra de mi hijo siempre tiene un abrazo en el bolsillo.

La maestra de mi hijo mete la pata. Y la saca 100 veces.

La maestra de mi hijo sueña, y los niños sueñan con ella.

Y pinta. Y se sale de los bordes.

Y nos aguanta aunque a veces los padres nos convirtamos en ogros malvados si las cosas atañen a nuestros cachorros.

La maestra de mi hijo propone y seguramente dispone menos de lo que quisiera.

La maestra de mi hijo enseña y aprende. Y se sienta a escuchar. Y entiende que unos niños de 5 años nos pueden enseñar mucho más de lo que nosotros podríamos enseñarles a ellos.

Y juega, ríe, gestiona, inventa, arbitra, canta, inspira, sorprende y otras mil cosas más. Y quiere a mi hijo y a sus 24 compañeros. Y mi hijo y sus 24 compañeros la adoran. Y le hace feliz.

La maestra de mi hijo tendrá 2 meses de vacaciones. Bien merecidas. No le arriendo las ganancias.

La MAESTRA de mi hijo se escribe con mayúsculas. GRACIAS.

Si tu hijo también tiene un/a maestro/a así, comparte.
¡Feliz fin de semana!